“Cuando ‘estoy en celo’ lo huele a distancia...
Sabe que estoy más cariñosa de lo normal y que mi necesidad es
urgente. Tengo la mala costumbre de no pedir directamente, en cambio, me esmero
en desquiciarlo hasta que me persigue. Con un poco de ganas de hacerme daño.
Con todas las ganas de someterme.
Nos miramos sin ceder y vemos en cada uno la misma naturaleza.
Somos iguales. Y no hay mayor alivio y excitación que encontrar a tu igual y
dejar que te devore.
Sé que está pensando en cómo montarme en el piso, en cómo
tirarme del pelo para que arquee la espalda y no pueda moverme, en cómo
intentaré rasguñarlo mientras gimo, en cómo me acabará él clavando las uñas y
los dientes, marcándome como si mu espalda fuera ahora su territorio y toda yo.
Y que duela y él lo note alrededor de su miembro. Y que gruña y maldiga
canalizando el descontrol por medio de sus manos.
Sé que piensa en todo eso mientras me mira paciente, porque es
igual a mí. Entonces corro y él lo toma como una invitación.”
(Texto tomado del web, fuente: toolman62lost)