“–Eres una chica preciosa que se merece algo mucho mejor de la
vida, y yo voy a hacer todo lo que esté en mi mano. Te atraigo igual que tú a
mí, de hecho anoche ni te imaginabas que acabarías corriéndote en mi boca...
Se puso colorada y desvió la mirada a otra parte, pero Él le tomó
de la barbilla para que volviera a mirarle.
–Estás guapísima cuando te pones salvaje y ahora quiero ser el
hombre al que obedezcas, el que te cuide, el hombre al que acudas. En definitiva,
el hombre que te controle.
¿Que me controle? ¿Sabe lo ofensivo que suena eso? –preguntó
incrédula. Nadie puede controlarme!
Yo lo haré... –dijo con un convencimiento que la asustaba. Te ayudaré
a ser lo que eres y a brillar siéndolo, no habrá mujer más consentida y
venerada que tú porque yo siempre cuido muy bien lo que es mío.
Ella lo miraba ahora mucho más desconcertada.
¿Por qué hace todo esto por una mujer como yo? Podría tener a
quien quisiera... –se calló antes de continuar la frase.
Aquella reacción a Él no le gustó nada.
–Explica a qué te refieres con eso y ten cuidado con lo que dices
y en cómo lo expresas, o me voy a enfadar.
Ella se señaló el cuerpo entero incluyendo su cara, mirándole con
nerviosismo incapaz de verbalizar lo que decían sus gestos.
–No tienes «nada» de qué avergonzarte, y conmigo menos. Quien eres
y lo que eres es lo que deseo, y no la estúpida idea que tengas de ti misma. Es
obvio que también he de enseñarte la mujer que tú no eres capaz de ver. Si no
te lo crees es tu problema, pero descubrirás que estás equivocada a su debido
tiempo."
(©Fiktizia - http://fiktizia.tumblr.com/)